Agrovoltaica, una solución prometedora
El concepto de energía agrovoltaica (también llamado a veces agrivoltaica o agrofotovoltaica) fue acuñado en los 80 por Adolf Goetzberg y Armin Zastrow, pero no ha comenzado a popularizarse hasta la década pasada. Esta idea consiste en la convivencia en una misma superficie de cultivos y placas solares, para aprovechar al máximo las posibilidades de una finca comercial, siendo capaces de generar producción agrícola y eléctrica.
Como hemos comentado, no es un concepto nuevo, pero se está popularizando enormemente con el desarrollo de dicha ciencia: podemos encontrar superficies con agrovoltaica en Alemania, Malí, Gambia, Chile, China, EEUU…. Lo más común es que se utilicen soportes fijos que eleven las placas a fin de que se pueda meter maquinaria agrícola, aunque hay modalidades de paneles sobre invernaderos, o sujetos por un sistema de cables.

VENTAJAS
La principal ventaja obvia, es la generación de dos productos a partir de una misma superficie, maximizando su viabilidad económica. Aunque a primera vista esta falta de luz pueda reducir la producción – no siempre, como ahora veremos – la producción de energía puede amortiguar esta reducción.
Un estudio publicado en Nature (Adeh et al., 2019) concluyó que con combinar el 1% de los terrenos cultivables con la estrategia agrovoltaica genera energía suficiente para compensar la demanda global, favoreciendo la reducción del consumo de combustibles fósiles al tratarse de energías renovables.
Esto puede favorecer a su vez el autoconsumo, y cubrir fácilmente las necesidades energéticas de la explotación con sólo una parte de la energía generada. Incluso en zonas costeras, la electricidad generada puede alimentar una planta desalinizadora que limpie el agua usada en el cultivo. Otras ventaja puede ser la reducción de la evaporación del agua del suelo, minimizando las necesidades hídricas del cultivo gracias a la protección contra el sol que ofrecen las placas solares. Esta protección no es solo térmica ya que estas placas pueden servir de escudo contra situaciones hostiles como el granizo o los aguaceros.
Además, se está estudiando el papel de las placas solares en la supervivencia de insectos polinizadores. Éstas sirven a menudo de escondrijo de dichos insectos contra las aves depredadoras y las altas temperaturas, y se ha visto una mayor presencia de abejorros en cultivos donde hay mayor presencia de placas. La reducción de insectos polinizadores por el cambio climático se considera un problema global, y la agrovoltaica puede ser parte de la solución.
MÁS INVESTIGACIÓN
Los esfuerzos investigadores actuales están focalizados en estudiar como afecta la sombra a las plantas. Aunque a primera vista, esta reducción de luz puede conllevar una rebaja en el crecimiento y la producción de los cultivos, esto es falso. Hay muchas especies que típicamente se han cultivado bajo sombra: árboles como el cafetal, u hortícolas como las acelgas.

Además, las placas pueden ser volteadas, de manera que, si se estudia bien el cultivo, pueden desplegarse cuando la especie necesite sombra, y ser plegadas cuando la planta requiera de mucho sol. Esto implica un amplio conocimiento sobre las necesidades de la especie en cuestión y es aquí donde entra la investigación actual. Ya se conoce que hay ciertas especies que no deberían ser cultivadas nunca bajo sombra, como el maíz, el banano o muchos tubérculos.
Un punto negativo de esta estrategia es la alta inversión inicial que requiere, aunque a la larga los beneficios pueden multiplicarse en térmicos económicos, de conservación de la naturaleza y salvaguarda de los servicios ecosistémicos.
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